Aunque nuestro
planeta se llama Tierra, si hacemos honor a la realidad, su nombre debería ser
Agua. Visto desde el espacio, nuestro planeta está cubierto y rodeado por un
manto azul. Los continentes se ven diminutos, cercados por los océanos que los
rodean, por la inmensidad del reino marino.
De hecho, 80 por ciento de la vida del planeta puede ser
encontrada serpenteando entre las olas y el vasto mar.
Los océanos nos proveen de recursos vitales, entre ellos más de la
mitad del oxígeno y alimentos, además de que mantienen circulando flujos de
energía y masas de agua que hacen posible la vida en la Tierra. En pocas
palabras, sin los océanos no habría vida en la Tierra.
La
ubicación geográfica de México, entre las influencias oceánicas del Atlántico
centro-occidental y del Pacífico centro-oriental, explica en gran medida su
enorme diversidad biológica y ecosistémica. La mayor parte de la superficie del
planeta Tierra (70.8%: 362 millones de km2) está cubierta por océanos y mares.
Los
océanos ocupan un enorme espacio favorable para el desarrollo de la vida. A la
vez determinan los climas y el tiempo, y son el motor que transporta el calor y
el agua dulce de la atmósfera. En suma, contribuyen enormemente a la
biodiversidad del planeta. El mar como la tierra, es heterogéneo y presenta
varios tipos de ecosistemas. Los marinos se clasifican relacionándolos con las
zonas de vida (ej.: pelágicos, asociados a las masas de agua, y bentónicos,
asociados a los fondos marinos), con los biotopos (de fondos y litorales
arenosos, rocosos, etc.) o con las biocenosis características (ecosistemas de
arrecifes de coral, de manglares, etc.). A su vez, cada zona se diferencia en
costera (nerítica), oceánica o marina, según se ubique respecto a la plataforma
continental. En otras ocasiones la clasificación se basa en la disponibilidad
de luz para la fotosíntesis y distingue dos zonas: la eufótica y la afótica; en
esta última habitan organismos que viven en permanente oscuridad y por lo tanto
dependen del aporte de energía de otros sistemas.
México es
considerado como el segundo país con mayor variedad de ecosistemas, terrestres
y acuáticos.
En el
ámbito marino, México posee 11 122 km de litoral continental y 5 127 km² de
superficie insular. Nuestro país cuenta con cerca de 3 149 920 km² de zona
económica exclusiva y 231 813 km² de mar territorial. Este último ocupa una
franja marina de 22.2 km del litoral continental, 68% corresponde a las costas
e islas del Océano Pacífico y del Golfo de California, y 32% a las costas,
islas y cayos del Golfo de México y del Mar Caribe. Además, esta zona marítima
cuenta con 500 000 km² de plataforma continental, 16 000 km² de superficie
estuarina y más de 12 000 km² de lagunas costeras, lo que da a México un lugar
destacado en el potencial de diversidad que resguardan sus ecosistemas tanto
costeros como marinos e insulares. Entre los ecosistemas marinos se encuentran
los arrecifes coralinos, las zonas de surgencia, los sistemas hidrotermales y
las trincheras marinas, además de la región bentónica, ecosistemas asociados a
la profundidad y a las condiciones lumínicas a lo largo de la plataforma
continental, desde la costa hacia mar adentro.
En 2004,
el INE (Instituto Nacional de Ecología) realizó el Diagnóstico Ambiental del
Golfo de México con un enfoque transfronterizo e interdisciplinario para
orientar la toma de decisiones dirigidas a prevenir, reducir y controlar la
degradación del medio marino y costero, incluyendo los aspectos
físico-químicos; la biota; los ecosistemas; los impactos y el manejo de la zona
costera, y los aspectos socio-económicos. Las islas son un componente que
abarca diversos ecosistemas en función de su tamaño, latitud, altitud y demás
factores abióticos y climatológicos, muchos de los cuales representan
importantes centros de endemismo para plantas y animales, debido a procesos de
aislamiento de poblaciones y especiación alopátrica in situ. Actualmente se
reportan 1 365 elementos insulares, de los cuales 1 218 son islas, 75 arrecifes
y bajos, 31 islotes, 17 cayos, 12 rocas, 8 barras, 3 morros y un banco .A la
fecha se cuenta con datos de 2 450 especies marinas y 1 937 especies terrestres
registradas en 151 cuerpos insulares, principalmente islas. Gran cantidad de
islas mexicanas son reconocidas internacionalmente por la relativa integridad
natural de sus ecosistemas, al funcionar como laboratorios naturales para el
estudio de especies endémicas. A pesar de que parte de la vegetación de las
islas se relaciona fisonómicamente con los tipos de vegetación continental,
poseen características estructurales y concentraciones de endemismos que
merecen una mención aparte. En el litoral Pacífico la mayor parte de las islas
se encuentran en la región noroeste, la cual comprende el Golfo de California y
la costa oeste de la Península de Baja California. En esa región existen cerca
de 900 islas e islotes, entre ellas las mejor conservadas de México. Estas
islas son ricas en endemismos, principalmente de cactáceas, reptiles y
mamíferos. Además, son importantes sitios de anidación de aves marinas, hogar
de poblaciones de lobos marinos y hábitat de vegetación dominada por cactáceas
columnares candela briformes
México
posee una extensión considerable de arrecifes de coral cuya biodiversidad varía
de una zona costera a otra en los tres mares principales que rodean al país.
Por un lado, los arrecifes coralinos del océano Pacífico mexicano son pequeños
y están geográficamente aislados entre sí. Por su parte, los arrecifes del
Golfo de México se encuentran divididos en dos regiones principales: la costa
de Veracruz (Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan y Sistema Arrecifal Veracruzano;
localizados entre los 19º y 21º de latitud Norte) y el Banco de Campeche
(arrecifes insulares relativamente aislados situados entre los 20º y 22ºN). En
tercer lugar, los arrecifes del Caribe constituyen una parte del Sistema
Arrecifal Mesoamericano (ubicado entre los 18o y 20oN), la segunda más grande
barrera arrecifal del mundo, después de la de Australia. La riqueza biológica
es alta, con aproximadamente 60 especies de corales duros y blandos y un
centenar de tipos de peces. En el ámbito marino, en el nivel I (escala 1:1 000
000) se reconocen ocho ecorregiones: Pacífico Transicional de Monterrey,
Pacífico Sud-Californiano, Golfo de California, Golfo de México Norte, Golfo de
México Sur, Mar Caribe, Pacífico Centroamericano y Pacífico Transicional Mexicano.
En ellas se encuentran dispuestos los 105 sitios marinos prioritarios
reportados para México que representan aproximadamente 34 millones de
hectáreas, de los cuales 79 sitios (84.14%) corresponden a ambientes costeros y
de margen continental, que incluyen diversos elementos insulares y 26 sitios
(13.86%) de mar profundo. Específicamente en la superficie total, que
comprenden los 1 365 cuerpos insulares, 90.2% se encuentra traslapado con áreas
determinadas como sitios marinos prioritarios.
ECORREGIONES DE MÉXICO
La
evaluación detallada de estos sistemas, tanto terrestres como marinos, se está
realizando en el marco de los análisis de vacíos y omisiones que coordinan
CONABIO y la CONANP
Oceanografía
física Pacífico Mexicano El Pacífico en su parte correspondiente a la ZEE de
México, abarca más de 2.3 millones de km2 de extensión con una línea de costa
de 7 146 km de longitud. Esta zona oceánica cuenta con una batimetría muy
variable: la máxima profundidad registrada se encuentra frente a las costas de
Chiapas y Oaxaca en la fosa de Tehuantepec, con más de 6 000 m; más de 80% del
fondo marino sobrepasa los 2 000 m, 6% se ubica entre los 1 000 y 2 000 m, poco
más de 6% entre 200 y 500 m, y sólo 6.5% a menos de 200 m . Desde la visión de
tectónica de placas, el Pacífico Mexicano está integrado por las placas del
Pacífico Oriental, Cocos y Pacífico Norteamericana. Para la placa Pacífico
Oriental de norte a sur, las principales subplacas son Borderland, Guadalupe,
Arrugado y la porción sur de Baja California donde se localizan las fracturas
de Molokai, la depresión de Liches, el sistema de fallas de Agua Blanca, San
Andrés, Santo Tomás, Tosca, Alijos, Ulloa Calafia y Abanico de Magdalena. En el
Golfo de California, que también forma parte de la placa del Pacífico Oriental,
se encuentran las fallas transformantes de las cuencas de Guaymas, Carmen,
Farallón y Pescadero que conectan a esta placa con la zona del rift y a esta
última con la placa de Cocos. Hacia el sur, se encuentran las placas Rivera y
Cocos, la convergencia de esta última con la placa Norteamericana origina una
zona de subducción que como resultado del movimiento de las placas tectónicas
forma la Trinchera Mesoamericana, así como las fosas de Manzanillo, Petacalco,
Acapulco y Ometepec.
Oceanográficamente,
el Pacífico Mexicano se divide en tres grandes regiones: el Pacífico
Noroeste, que corresponde a la costa occidental de la península de Baja
California; el Golfo de California, que incluye la parte interna de la
península hasta cabo San Lucas y del lado continental las costas de los estados
de Sonora, Sinaloa, Nayarit y norte de Jalisco; y el Pacífico Tropical,
que abarca desde Cabo Corrientes en el estado de Jalisco hasta el estado de
Chiapas en la frontera conGuatemala. Entre las corrientes más importantes que
confluyen en esta zona están la corriente de California proveniente de Alaska,
de temperaturas bajas, que se incorpora a la Corriente Norecuatorial. En
sentido contrario viaja la Contracorriente Ecuatorial, que se desplaza
paralelamente al Ecuador desde Asia a través del Pacífico central, con aguas de
temperatura tropical cálida.
Golfo de
California
El Golfo
de California, también conocido como Mar de Cortés, es una extensión del Océano
Pacífico ubicada entre la Península de Baja California y el noroeste de México.
Tiene una longitud de 1 203 km y su anchura varía de 92 a 222 km. En esta
región, existe la influencia de todas las corrientes del Pacífico Oriental que
provienen del norte; su patrón de circulación está relacionado al sistema de
vientos locales, los cuales vienen del NW en invierno, y en verano provienen
del SE conjuntamente con masas de aire húmedo que se introducen al golfo para
originar precipitaciones. La combinación del régimen de los vientos y las
características topográficas, juegan un papel importante en la circulación y en
las surgencias Los procesos oceanográficos presentes en el Golfo de California
son relevantes debido a que promueven la elevada productividad biológica de la
región de diversas formas. Se trata de una región cuya energía cinética elevada
ocasiona grandes concentraciones de fitoplancton, lo que a su vez genera
cadenas alimenticias complejas y exitosas. En la región media del golfo, las
corrientes de marea son muy intensas y ocasionan una profunda mezcla de la
columna de agua, cuyos efectos son similares a aquellos generados por la
existencia de una surgencia permanente. De lo anterior se deriva que la
productividad primaria de la región sea elevada y a su vez sea la base de las
elevadas densidades y diversidades de invertebrados y vertebrados marinos. Al
sur de esta región, entre las islas Ángel de la Guarda y Tiburón los umbrales
son muy pronunciados y separan las cuencas profundas del sur de las regiones
someras del norte. Aquí se forman corrientes de marea muy fuertes,
principalmente en los canales.
Golfo de
México
El Golfo
de México forma parte de la región del Gran Caribe y se le considera la cuenca
de aguas protegidas más grande del Océano Atlántico con 1.8 millones de km2 (de
la Lanza 1991). Es un sistema semi-cerrado con una entrada de agua oceánica por
el Mar Caribe a través del Canal de Yucatán, que tiene una profundidad de 1 900
m, y con una salida al Océano Atlántico a través del Estrecho de la Florida,
entre la Península de Florida y Cuba, en donde la profundidad es de alrededor
de 900 m. El Golfo alcanza los 3 700 m, en su parte más profunda en la fosa de
Sigsbee y los 200 m en sus grandes extensiones de plataforma continental. Las
plataformas más extensas son las que se encuentran al norte de la Península de
Yucatán, al oeste de la Península de Florida y al sur de los Estados de Texas y
Louisiana. Tectónicamente, se ubica en la placa de Norteamérica.
Mar Caribe
El Mar
Caribe pertenece al Océano Atlántico y está situado al este de América Central
con una extensión de 2.8 millones de km2 . Este mar constituye una de las más
accidentadas y complejas topografías submarinas del mundo. El Caribe se
caracteriza por lo reducido de su plataforma continental y por tratarse de un
mar tropical profundo –7 535 m en la fosa de las Caimán, sobrepasando 3 600 m
en la mitad de su extensión y 75% de ella a más de 1 800 m, presenta una baja
productividad biológica y, consecuentemente, es relativamente pobre en pesca
salvo en las zonas arrecifales.
La biodiversidad marina de México se
encuentra amenazada por diversas actividades humanas. Los principales factores
que la afectan negativamente son la contaminación y las actividades pesqueras
sin criterios ecológicos que permitan su sustentabilidad. Mientras aumenta la
demanda por recursos turísticos y alimenticios, entre otros, la presión sobre
las costas y mares mexicanos se incrementa, por lo que resulta fundamental
priorizar las zonas de mayor importancia para su conservación. La cifra de 10%
que se propuso en el Congreso Internacional de Parques en Venezuela, en 1992,
para lograr tener sistemas representativos de áreas protegidas, ha sido puesta
a debate ante la evidencia de que no están protegidas todas las especies y
ecosistemas críticamente amenazados, a pesar de que actualmente se estima que a
escala mundial la superficie protegida es de 11.5%, con biomas cuya cobertura
varía de 4.6 a 26.3%. Si bien la principal estrategia para la conservación en
México ha sido el establecimiento de áreas protegidas (AP), los ecosistemas
marinos se encuentran subrepresentados y el sesgo es más evidente cuando se
considera toda la ZEE, ya que sólo 1.38% de los ambientes oceánicos está
protegida bajo algún decreto de AP. Resulta fundamental que la expansión de los
sistemas de AP se haga de una forma estratégica, en aquellos sitios con mayor
diversidad que enfrentan las mayores amenazas o en aquellos ecosistemas que
cumplan con los criterios de alta riqueza de especies, conectividad o
aislamiento.
Hasta la
fecha, la mayor parte de la conservación marina se ha enfocado en la necesidad
de proteger lugares importantes para el desarrollo y reproducción de algunas
especies carismáticas, así como en el manejo de recursos marinos. Sin embargo,
específicamente en el caso de los ambientes marinos, es necesario retomar el
concepto de áreas basadas en ecosistemas donde se debe considerar tanto el
manejo de los sistemas ecológicos y la función del ecosistema mismo, como a las
especies individuales que lo conforman.
Tovar Toriz Alejandra 512
Sosa Montes Monica Ximena 512